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Marga Maldonado

«¿Os imagináis una escuela racista? ¿Una escuela machista? ¡La escuela inclusiva es justicia, pura justicia!» Marga Maldonado, maestra especialista en comunicación y autismo

Entrevista a Marga Maldonado, voluntaria del servicio PROI de la Fundación Friends

Marga Maldonado es voluntaria del servicio prelaboral PROI, donde da clases de comunicación. Es experta en autismo y lenguaje.

¿En qué consisten las clases de comunicación, Marga?

Consiste en usar el lenguaje de manera funcional. Intentamos integrar este aprendizaje dentro de los proyectos que haya en curso o cualquier cosa que estemos trabajando como grupo.

Por ejemplo, ahora estamos trabajando en el proyecto de St Jordi, y en las clases de lenguaje aprendemos cómo nos comunicamos sobre el tema que estamos trabajando. Hoy hemos elegido un nombre, hemos hecho una previsión de las tareas que tendremos que hacer, y después trabajaremos como explicar el proyecto. También haremos una práctica sobre la comunicación de cara al público, para vender los objetos de St Jordi en una parada. Hacemos simulaciones de llamadas telefónicas, de coger pedidos, hacemos roll-playing, escribimos, etc. En definitiva ponemos la parte de comunicación funcional a lo que se esté trabajando en clase.

¿A qué te dedicas profesionalmente?

Soy maestra. Trabajo con niños con autismo desde infantil hasta principios de la ESO, en programas individuales de análisis de la conducta, también desde una visión muy funcional. Trabajo tanto en las escuelas como con particulares.

¿Cómo llegaste a la Fundación Friends?

Conocí la Fundación Friends a través de Clara Rodés, que en septiembre pasado me propuso colaborar en el proyecto de formación pre-laboral en Friends para jóvenes con autismo que estaba a punto de ponerse en marcha. Me encantó la idea porque yo normalmente trabajo con niños y en Friends trabajaría con adolescentes y jóvenes.

Creo que los profesionales que trabajamos con niños que tienen dificultades deberíamos tener más visión de futuro para saber hacia dónde queremos ir. A veces nos enredamos con objetivos que no son funcionales. Hay que sacarle más funcionalidad a los aprendizajes que guiamos. Cabe preguntarse cuando sean jóvenes, cuando sean adultos, ¿Con qué dificultades se pueden encontrar? ¿Cómo puedo ayudarles yo desde que son pequeños? Y pensé que venir a Friends era una buena manera de aprender las necesidades de los jóvenes y adultos con TEA. Así pues, los aprendizajes que saco en Friends con los adultos los puedo aplicar a los niños y a la inversa.

¿Cuánto tiempo dedicas a hacer voluntariado?

Una mañana a la semana a Friends y también tres mediodías en una escuela con proyecto de pequeños.

¡O sea que dedicas muchas horas en voluntariado!

¡Todas las que puedo! Yo tengo mi trabajo, y en los huecos libres que puedo conseguir miro a ver qué hay de interesante y con quien colaborar.

«Nadie ofrece lo que nadie puede pagar».

¿Qué es lo que te aporta hacer de voluntaria?

Pienso que si pudiéramos prescindir del dinero seríamos más felices todos. Yo trabajo para familias con niños con dificultades, grandes dificultades, y me duele el alma tener que presentar facturas. Lo llevo fatal. ¿Puedo liberarme de esto? Trabajo mucho más a gusto. Si pudiera hacer más horas de voluntariado las haría, pero tenemos que ganar dinero para vivir porque la vida está montada así.

¿Cómo describirías una persona con autismo?

No hay dos iguales. Una persona con autismo parece a otra con autismo, como una sin autismo parece a otra sin autismo.

Por ejemplo, aquí en el PROI todos tienen necesidades en el ámbito de la comunicación. Pero uno puede necesitar inhibir respuesta, porque se mueve demasiado por impulso y hay un exceso de respuesta; y otro tal vez necesite levantar esta respuesta que es insuficiente. Tiene latencia de respuesta, tarda demasiado en contestar y cuando contesta ya ha perdido el turno y el hilo de la conversación.

Todo esto son dificultades en el área de comunicación, pero no se parecen las necesidades de uno y del otro. Son muy diferentes.

En realidad, todos necesitamos apoyo a la vida. Y las personas con autismo necesitan unos soportes específicos bien diseñados y bien pensados ​​para sacar todo el provecho que pueden sacar de ellos mismos y de la vida y de la relación con los demás.

Y tú ¿crees que actualmente están estos apoyos?

No, son muy escasos.

Hace mucha tristeza pensar en la escuela porque pienso que en la escuela es donde más abandonados están. Los grupos son grandes, hay 25 alumnos y 1 maestro. A veces sí hay un soporte pero es un apoyo que no tiene formación para dar aprendizajes significativos. No hay tiempo para pensar qué le conviene más aprender a aquel niño. Si es un niño que no tiene un sistema de comunicación, nadie tiene ni tiempo ni conocimientos para ayudarle. Pasan los años y a los niños te los encuentras con las mismas condiciones que hace 5 años. Faltan recursos bien diseñados. Los maestros no dan abasto.

Y es una lástima porque es una personita que podría salir adelante mucho si tuviera los apoyos que necesita.

¿Las familias buscan entonces estos apoyos fuera de la escuela?

Sí, las familias que tienen más recursos o las que entienden la necesidad buscan los apoyos. Lo que pasa es que hay familias que tienen los recursos pero no ven la necesidad, porque nadie les ha explicado que si se trabajan según qué cosas habrá un aprendizaje significativo. A veces se conforman, se resignan, y lo llevan a una escuela de educación especial.

¿Quieres decir que además falta información?

Falta información, faltan profesionales que trabajen de manera provechosa y falta dinero para preparar y pagar estos profesionales. También falta mejorar el engranaje entre los sistemas privados y los públicos, y la integración entre los profesionales, la familia y la escuela.

Tambien falta información a las familias, concienciación en la escuela, y en todo el mundo en general.

En los años que hace que te dedicas al autismo, ¿has notado evolución?

Muy poca. Hemos entrado en la crisis también y ha hecho mucho daño. Todo lo que funciona con recursos públicos se ha paralizado o ha dado pasos atrás. Los recursos privados de las familias igual. No conseguimos tirar adelante.

Sin embargo, cada vez los profesionales tienen más formación y hay más divulgación. Pero yo me encuentro con familias que me preguntan, ¿eso donde lo he de conseguir? Pues no tengo ni idea. Nadie ofrece lo que nadie puede pagar.

¿Cómo ves el futuro?

Complicado. Si miro países donde funcionan mejor las cosas, veo que son países que tienen otra visión del mundo. En Inglaterra y en EEUU hay una cantidad de recursos dedicados al autismo impresionantes, y también en países más cercanos, como Francia, hay cosas muy bien hechas.

¿Cuál es tu formación?

Yo, de hecho, soy filóloga. Hice un máster de Análisis de la conducta aplicada al autismo, muy específico de autismo pero poco integrante en la vida real, en las escuelas, en las familias, … Antes había hecho un máster de Enseñanza del lenguaje pero para personas con dificultad no funcionaba en absoluto. Lo último que hice fue Soportes para la inclusión educativa y social, y este toca mucho la realidad, pero quizás demasiado porque la realidad es muy triste. Entonces intento usar todas las herramientas que tengo, cogiendo un poco de aquí y un poco de allí, junto con mi experiencia.

Lo que seguro que he aprendido es que no hay nada que funcione de manera absoluta. Todo tiene limitaciones. Se debe individualizar mucho la intervención. De hecho, hoy en día la teoría de la educación ordinaria es la individualización. Es la tendencia pero no se aplica del todo. Un maestro en el aula tiene mucha diversidad. Hay muchos buenos maestros que hacen las clases muy chulas, trabajando por proyectos, por servicios, etc. Pero si hay un niño en una clase de primaria que no tiene lenguaje, la pedagogía puede ser muy chula, pero la aprovechará poco.

¿Qué opinas pues de la escuela inclusiva?

¡La escuela inclusiva es justicia, pura justicia! ¿Nos imaginamos una escuela machista? ¿Una escuela racista? ¿Cómo podemos pensar en una escuela que no sea inclusiva? Lo que pasa es que la realidad, lo que tenemos, tendrá el nombre, tendrá la voluntad, tendrá el objetivo… pero si no tenemos apoyos no se puede hacer inclusión. Y no tenemos soporte. La escuela inclusiva es como la democracia. ¿La democracia funciona? Quizás hoy en día pensaríamos que no funciona, ¡Pero es imprescindible! De la escuela inclusiva también puedes pensar que no funciona, ¡Pero no podemos renunciar!

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